Hace unos días, estaba leyendo un artículo sobre la crisis de los plásticos y me encontré con una noticia que parecía sacada de The Expanse (la serie de ciencia ficción): científicos habían aislado una bacteria capaz de "comerse" el PET de las botellas. Lo que me sorprendió no fue eso, sino que la habían rediseñado en un laboratorio para que lo hiciera seis veces más rápido. Me impresiona de buena manera saber que no solo estamos descubriendo la biología, sino que estamos empezando a reescribirla. Esas bacterias ya no son solo un hallazgo de la naturaleza; son una herramienta. Esa es la esencia de los microbios diseñados, la nueva frontera de la biotecnología que está transformando organismos simples en soluciones vivas para el problema más grande que tenemos: la contaminación.
Impacto y Precedentes Reales
Esto de los microbios diseñados suena bien, pero ¿qué tan real es su impacto? Me di a la tarea de investigar y me encontré con que no es algo tan novedoso como me pareció en un principio, al menos en la utilización de microbios para solucionar problemáticas reales. Por ejemplo, ¿sabías que más del 50% de la insulina que utilizan millones de personas con diabetes en el mundo ya no se extrae de animales, sino que es producida por levaduras y bacterias modificadas genéticamente? Este es solo el caso más conocido; hay muchos más, y el futuro en este campo pinta bastante prometedor.
En medicina, se están diseñando bacterias que actúan como "naves de entrega" para atacar tumores cancerígenos desde dentro, liberando fármacos exclusivamente en las células malignas y reduciendo los efectos secundarios de la quimioterapia.
En agricultura, hay microbios que se aplican a las semillas para que actúen como biofertilizantes, fijando nitrógeno del aire directamente en la planta, lo que podría reducir el uso de fertilizantes químicos en un 30% o más.
En medio ambiente, como adelantaba la introducción, ya existen plantas de tratamiento piloto que utilizan consorcios de microbios a medida para descomponer derrames de petróleo o limpiar aguas residuales industriales de metales pesados, un proceso llamado biorremediación 2.0.
Estas ideas no hacen parte de un futuro lejano, sino que ya
están en uso. Son tecnologías que ya están en fase de prueba avanzada, o como
la insulina, que lleva muchos años funcionando sin tantos reflectores. Lo
avanzado aquí es esto: ya no solo cultivamos microbios; los codificamos.
El Cómo y el Qué de la Programación de la Vida
La revolución va mucho más allá. Para entender cómo se puede
llegar a programar un ser vivo, hay que pensar en el ADN como el Python de la
vida. Al igual que un programador escribe y edita el código para decirle a un
programa qué hacer, los biólogos sintéticos están utilizando herramientas de
edición genética, siendo CRISPR la más famosa, para "reescribir" el
código genético de un microbio.
Cuestiones Éticas y Desafíos de Bioseguridad
Sin embargo, a mí me gusta analizar todo desde un punto de
vista humano y ético, porque podríamos estar cruzando una frontera prohibida de
la naturaleza, y yo me pregunto:
El Umbral de una Nueva Relación
Estamos, por lo tanto, en el umbral de una nueva relación
con la vida misma, de amor y odio. Los microbios diseñados no son solo una
herramienta más en la caja de la biotecnología, porque representan un salto
conceptual: pasar de ser simples espectadores de la evolución de la vida a
tener la capacidad de ser protagonistas.


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