El fin del silicio: qué viene después de la Ley de Moore

Sé que el título suena un poco confuso para los que no están tan familiarizados con el mundo tecnológico, pero es un tema sobre el que quería hablar. Y es que durante más de cinco décadas la observación formulada por Gordon Moore (Cofundador de Intel) se ha venido convirtiendo en la profecía autocumplida que ha impulsado la revolución digital. La promesa de que el número de transistores en un chip se duplicaría cada dos años nos dio desde los primeros microprocesadores hasta el smartphone desde el que muy seguramente ves este artículo. Pero como todo en la vida esta profecía tiene fecha de caducidad. Y no es que la ley haya muerto; lo que sucede es que se está quedando sin aliento, chocando contra barreras físicas que ni el ingenio humano ha podido traspasar. Estamos presenciando el ocaso de la era del silicio y el amanecer de algo radicalmente diferente.

 Estamos teniendo un serio problema físico con el Silicio: hemos llegado a la escala atómica. Cuando los transistores miden apenas 2-3 nanómetros (el equivalente a 20 átomos de silicio), las reglas del juego cambian de manera abrupta. Nos enfrentamos al efecto túnel cuántico, donde los electrones se "teletransportan" a través de las barreras aislantes del transistor, haciendo imposible mantener un estado de apagado confiable. Simultáneamente, la densidad de potencia se vuelve insostenible: un chip moderno puede generar más calor por milímetro cuadrado que el fogón donde preparas tu café, lo cual se traduce en sistemas de refrigeración más potentes. La consecuencia directa es la desaceleración de las ganancias de rendimiento y el costo astronómico de las nuevas fábricas de chips, que supera los 20,000 millones de dólares por planta.

En esta animación que he hecho con Gemini se puede apreciar la "Teletransportación" de los electrones.

El Nuevo Paradigma: Especialización sobre Miniaturización

 El futuro no será guiado por una ley sucesora, sino por un ecosistema de tecnologías emergentes que puedan resolver el problema. Porque la evolución ya no consiste en fabricar transistores más pequeños, sino en encontrar arquitecturas y materia prima totalmente nuevas, en pocas palabras el silicio como lo veníamos utilizando ya se quedó pequeño. En este panorama, destacan cuatro enfoques complementarios que están redefiniendo los límites de la computación.

 Chiplets y Empaquetado 3D

 Imagina lo siguiente, vas a construir un procesador como un Lego de alta precisión. Esta es la filosofía de los chiplets: pequeños trozos de silicio especializados interconectados en un solo paquete. La ventaja clave es el mejor rendimiento con menor costo y mayor flexibilidad. Tecnologías como las Interconexiones de Silicio y Through-Silicon Vias actúan como autopistas microscópicas verticales entre los chiplets apilados. Ejemplos concretos como los procesadores AMD Ryzen y Epyc demuestran cómo esta arquitectura permite combinar diferentes tecnologías de fabricación en un solo componente, optimizando cada función para su tarea específica mientras se superan las limitaciones físicas de los diseños monolíticos tradicionales.

 Materiales 2D y Computación Óptica

 Más allá del silicio, materiales como el grafeno y el disulfuro de molibdeno prometen transistores más rápidos y eficientes. El grafeno es 200 veces más fuerte que el acero y tiene una movilidad de electrones muy superior, aunque su falta de "bandgap" -la propiedad que permite a un transistor apagarse de forma nítida- sigue siendo un desafío. Paralelamente, la computación óptica emerge como una solución radical: usar fotones en lugar de electrones para procesar y transmitir datos.

comparación entre chips electrónicos comunes y ópticos.

Los fotones no generan calor significativo y pueden viajar a la velocidad de la luz, eliminando cuellos de botella en la comunicación entre núcleos. Aunque aún en desarrollo para lógica general, los interconectores ópticos ya se usan comercialmente en centros de datos.

Computación Cuántica

 Esta es quizá la solución que más viene sonando y que seguramente ya has escuchado, pero es crucial entender que la computación cuántica no es un reemplazo para las computadoras tradicionales, sino una herramienta especializada. La diferencia fundamental reside en los cúbits, que pueden existir en superposición de estados (0 y 1 simultáneamente), permitiendo resolver problemas específicos como la simulación de moléculas o optimización logística de forma exponencialmente más rápida. El gran desafío práctico es la decoherencia: los cúbits son extremadamente frágiles y requieren sistemas criogénicos que los mantengan cerca del cero absoluto.

 Desde mi punto de vista el panorama futuro será una arquitectura híbrida donde convivan esta y otras soluciones que se vayan presentando en el camino. Me imagino a los dispositivos personales usando chiplets 3D, los centros de datos incorporando aceleradores ópticos y los procesadores cuánticos accesibles vía cloud, y en cuanto a los materiales 2D seguramente encontrarán su nicho en sensores y electrónica flexible. El panorama futuro será un dispositivo cuya innovación no se medirá en nanómetros, sino en la capacidad para crear soluciones prácticas integrando diversas tecnologías.

 Esta explicación es personal, para mis lectores que deseen profundizar en el tema, estas fuentes ofrecen análisis técnicos detallados y actualizados:

 Nature Electronics - "Procesadores informáticos construidos con materiales 2D"

Enlace: https://www.nature.com/articles/d41586-025-01453-w

Revista científica de alto impacto que publica investigaciones revisadas por pares sobre electrónica avanzada y materiales 2D.

ESADE University - "La ley de Moore está obsoleta"

Enlace: https://www.esade.edu/es/articulos/la-ley-de-moore-esta-obsoleta

Análisis de la ley de Moore y el Impacto en la Industria de Semiconductores. ESADE Ramon Llull University.

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